lunes, 15 de diciembre de 2008

LA MONA VESTIDA

Reflexión 15/12/08

Una fábula

Una mona fue invitada a una fiesta muy prestigiosa en la parte más exclusiva de la selva. Para ir a esa fiesta, la mona se hizo confeccionar un hermosísimo vestido de seda con adornos exuberantes y costosos. Cuando por fin estuvo listo el vestido, el la víspera de la fiesta, se lo llevó a su casa, se bañó largo rato y se colocó su hermosa adquisición. Como no había espejos en la selva, y haciéndose tarde para ir a la fiesta, la pobre mona no pudo consultar sobre su apariencia sino únicamente a dos buhos que iban retrasados y apurados.

- Oh, Mona, qué hermoso vestido tienes puesto, hace que te veas radiante y llamativa, de seguro vas a causar sensación esta noche- dijo uno de los buhos, y retomó su vuelo.

- No seas ridícula, ese vestido carísimo no te queda, y serás el hazmerreír de todos. Recuerda el dicho que dice que la mona, aunque vestida de seda, mona se queda -dijo el segundo buho, antes de seguir su camino, dejando a la mona en medio del silencio de la soledad.

La mona creía en la inteligencia de los buhos, quienes son los animales más sabios de toda la jungla, y entonces...





¿qué crees que hizo la mona?
¿a quién le hizo caso? ¿por qué?
¿a quién crees que debería hacerle caso? ¿por qué?
¿cuál buho crees que dijo la verdad? ¿porqué crees eso?
¿cómo sabes cuál es la verdad?





Anda... y todavía buscas que te termine la historia? ya deberías haberla terminado tu.


Bueno, debe bastarte con saber que la mona sí fué a la fiesta.

Profesor Elkin.

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